Al final no importaba
quĂ© tan duro habĂa sido el dĂa...
Sus "te amo" siempre llegaban
a restaurarlo todo.
quĂ© tan duro habĂa sido el dĂa...
Sus "te amo" siempre llegaban
a restaurarlo todo.
Al final, siempre llegaba
como la lluvia fresca
sobre la tierra árida,
haciendo florecer en mis campos
girasoles y cerezos.
Al final, yo era feliz
con el sĂłlo hecho de amarlo,
aunque la lluvia, con frecuencia,
empañara de gris
el café claro de mis ojos.
Yo era feliz
por el echo de haber coincidido
en el mismo camino,
aunque, en diferentes mundos,
en la misma vida
donde no me era posible verlo...
❥ Dalia Hernández
© Derechos reservados
2020
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